Bell Bond, banda de rock alternativo de La Plata, presenta «Pensando demasiado», su nuevo EP.
Bell Bond nace a partir de las composiciones de Tomás Bonini (voz y guitarra), con letras melancólicas camufladas en un ritmo energético, e instrumentos cargados de influencia de movimientos como el garage rock de The Strokes, el post-punk de Joy Division y The Cure, sumando distorsión a sus guitarras; con algunos power chords y riffs que recuerdan al pop-punk de los años 2000. Además, en diferentes momentos podremos encontrar solos y arreglos propios del blues rock y la psicodelia. En 2021 la banda comenzó a adentrarse en la odisea; ante la necesidad de formar un conjunto para presentarse en vivo, luego de varios cambios; se sumaron Franco Fasoli (bajo) y Delfina Cejas (batería), dándole al conjunto el sabor que necesitaba. Se forma este power-trío que debuta con los singles “Surf” y “Dijo y me enamoró”; y lleva a los escenarios un set de canciones que invitan al público a sumergirse sin reparo en sus instintos y pasiones. Sus canciones han logrado un buen recibimiento del público, y sonaron en grandes medios como, por ejemplo; Vorterix. Actualmente, Bell Bond está presentando su nuevo EP “Pensando demasiado”.
Cinco canciones, diversos estilos, un estado de ánimo, la melancolía.
Desde el garage rock de “Surf” hasta el pop punk de “Miedo a la oscuridad”, este EP retrata distintas historias que desarrollan los síntomas de una condición que en mayor o menor medida nos afecta a todos, pensar demasiado.
Usando analogías sobre relaciones amorosas, “Caras vacías” retrata la angustia de saber qué (o a quién) quiere uno, pero lamentarse por tener todo menos eso, lamentándose por el vacío emocional que esta paradoja le genera.
“Miedo a la oscuridad” es más introspectivo, expresando el temor que uno siente a su propia oscuridad, a sus pensamientos más intrusivos y a su capacidad de hacer cosas malas; es una carta de odio al lado más vil del subconsciente.
El track que cierra el álbum, “Deja que hable tu cuerpo” se mete de lleno en el más clásico rock & roll, confiando en el trabajo de las guitarras eléctricas y algunos pequeños detalles sonoros. No es casualidad que sea la última canción, ya que deja una moraleja bastante positiva que derrota a la negativa premisa del título de la obra; no pensar demasiado.
“Deja que hable tu cuerpo, si tu mente te va a traicionar” resume exitosamente el aprendizaje que mismo el artista quiere asumir y comunicar al público: hacer lo que uno siente, sin tanto análisis.
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