Surgido a la luz pública en 1970 con los Spiders, legendaria banda de Guadalajara, desde el inicio dejó huella de su impronta con esa extraordinaria grabación llamada Back, una de las varias que acompañaron nuestra banda sonora en la etapa de Avándaro. Esa canción es una verdadera obra de arte y en gran medida se debe a ese órgano barroco que él le puso y que fue el sello de la casa para los Spiders en prácticamente toda su trayectoria. Al paso de los años se convertiría en elemento indispensable de la escena tapatía donde era muy apreciado entre los músicos y colaboraría además de los Spiders con agrupaciones como 39.4, La Fachada de Piedra y La Revolución de Emiliano Zapata, ahora renombrados como La Revo, entre los más destacados.
Nunca se detuvo, se mantuvo activo hasta la fecha y en los años recientes vino varias veces a la CDMX para presentarse con La Revo en diferentes lugares destacando su participación en el Vive Latino del año 2015. La vida nos acercó en la última década y tuve el privilegio de convivir con él y apoyarlo prestándole mis teclados cuando venía a México. Era un hombre sumamente sencillo y decente, muy alejado del concepto del rockstar alburero y vicioso que muchos piensan es la norma. Para nada, porque él era antes que nada un artista y un maestro, uno más de los que habitan la casa del rock mexicano. Enterarme de su fallecimiento me pega porque llegamos a fincar una amistad ciertamente marcada por la distancia física más no por ello menos sincera. Con cierta frecuencia voy a tocar a Guadalajara y cuando nos encontrábamos por allá siempre me trató muy bien y fraternal, como todos los músicos de Guanatos. Descansa en paz maestro, que tu trascendencia al Mictlán sea plena de luz y serenidad. Te vamos a extrañar. /
Víctor Moreno, músico mexicano.
(Tiempo de Michoacán)
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