En la historia de este país hay nombres que el tiempo intentó borrar. Pero el silencio no es olvido: es una forma de resistencia.
Hoy, en Cultura, pero de verdad, le damos voz a una historia negada durante décadas.
Formosa, 1947. El pueblo Pilagá pedía pan, trabajo, dignidad. El Estado respondió con fuego. La historia lo llamó “Rincón Bomba”. Nosotros lo llamamos por su verdadero nombre: masacre.
Esto no es un homenaje. Es una denuncia. Un grito por la memoria, con la verdad de los que sobrevivieron.
Toda masacre deja una herida. Pero lo que define a un pueblo no es solo el dolor que carga, sino la voluntad de sanar con verdad y justicia.
Rincón Bomba fue durante mucho tiempo un secreto a voces. Un crimen sin nombre, cometido por el propio Estado argentino en 1947. Pasaron más de cincuenta años antes de que la verdad comenzara a salir a la luz. Y no fue gracias a los gobiernos. Fue gracias al coraje de los propios Pilagá.
Rincón Bomba no es solo una tragedia. Es una advertencia. Una voz que nos dice que la historia no está escrita, que todavía se puede reparar, que la memoria no pertenece al pasado: es el corazón vivo del presente.
Desde Cultura, pero de verdad, por Delta 80, le rendimos tributo a la verdad, y a los pueblos que aún resisten.
Porque el rock también es memoria. Y porque sin justicia, no hay patria que pueda cantar en paz.

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