La actriz Diane Keaton, ícono del cine estadounidense y una de las figuras más influyentes de su generación, falleció el sábado 11 de octubre en Los Ángeles, California, a los 79 años. La noticia fue confirmada por su familia a través de un comunicado que pidió respeto y privacidad en este momento de duelo.
Según informaron medios estadounidenses como ABC News y People, los servicios de emergencia acudieron a su domicilio en el barrio de Beverly Hills alrededor de las 8:00 de la mañana tras una llamada médica. Keaton fue trasladada a un hospital cercano, donde finalmente se confirmó su deceso. Hasta el momento, no se ha revelado la causa oficial de su muerte, aunque allegados mencionaron un deterioro repentino de salud en los últimos meses.
Una vida marcada por el talento y la independencia
Nacida el 5 de enero de 1946 en Los Ángeles con el nombre de Diane Hall, fue la hija mayor de un ingeniero civil y una fotógrafa amateur. En su juventud adoptó el apellido de soltera de su madre, Keaton, que la acompañaría por siempre.
Formada en arte dramático en Nueva York, Keaton debutó en los escenarios teatrales en la década del sesenta, pero su consagración llegó con el cine. Su papel de Kay Adams en El Padrino (1972) la colocó en el radar de la crítica y el público. Sin embargo, fue su interpretación en Annie Hall (1977), dirigida por Woody Allen, la que le valió el Premio Óscar a Mejor Actriz y la consagró como la encarnación más humana, fresca e inteligente de la comedia romántica moderna.
Con una carrera que abarcó más de cinco décadas, Keaton trabajó en clásicos como Manhattan, Reds, Baby Boom, Father of the Bride y Something’s Gotta Give. Su estilo —una mezcla de ironía, elegancia y excentricidad— redefinió el concepto de la mujer en el cine contemporáneo.
Artista múltiple y espíritu libre
Además de actriz, Keaton fue directora, productora, fotógrafa y escritora. Publicó memorias, recopiló álbumes fotográficos y se convirtió en una referente estética por su forma de vestir y su visión del arte. Su característico sombrero, sus trajes masculinos y su mirada intensa se transformaron en símbolos de una feminidad no convencional.
Lejos de los escándalos mediáticos, mantuvo una vida personal discreta. Nunca se casó, pero fue madre adoptiva de dos hijos, Dexter y Duke, a quienes dedicó buena parte de sus últimos años. En entrevistas recientes, confesó que la maternidad y la fotografía fueron sus grandes refugios.
El adiós a una presencia inolvidable
Hollywood y el mundo del cine reaccionaron con tristeza ante la noticia. Directores y colegas como Nancy Meyers y Keanu Reeves destacaron su “luz única, humor afilado y generosidad creativa”. El elenco de Saturday Night Live le rindió homenaje en su última emisión, proyectando imágenes de su paso por el programa y fragmentos de Annie Hall.
Aún sin confirmación oficial sobre la causa de muerte, los medios coinciden en que Diane Keaton enfrentó problemas de salud en los últimos meses, aunque seguía activa en varios proyectos, incluido un libro fotográfico sobre la arquitectura de Los Ángeles que planeaba lanzar en 2026.
Un legado de autenticidad
Diane Keaton fue mucho más que una actriz: fue un modo de ser en escena y fuera de ella. Rompió moldes de género, reinventó la figura femenina en Hollywood y defendió la idea de que la belleza reside en la autenticidad.
Su voz pausada, su risa contenida y su mirada libre seguirán resonando cada vez que una mujer en el cine elija no parecerse a nadie más.

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