A finales de los 70 el panorama de la música rock estaba plagado de cadáveres de bandas que festejaban demasiado, se quemaban o se volvían complacientes en el éxito. La puerta estaba abierta para algo fresco, salvaje y cautivador. Entra Van Halen. Formado por dos hermanos nacidos en Holanda, uno a la batería y el otro cuya guitarra era una extensión de su propio ser, un bajista de garganta dorada y un líder que compensaba su falta de habilidad para el canto con actitud y acrobacias que desafiaban la gravedad en el escenario, eran diferentes a todo lo que se había visto antes.
Alex y Edward Van Halen, Michael Anthony y David Lee Roth pusieron fin a una década y explotaron en la siguiente con un tipo de música que no era del todo punk, ni del todo metal, ni del todo sutil. Pasaron de encabezar barriletes del patio trasero a ser los más destacados en el US Festival frente a trescientas mil personas en cinco años. Luego, justo cuando parecía que no había un obstáculo creado para frenar el ascenso del poderoso Van Halen, el grupo implosionó de adentro hacia afuera, resurgiendo más fuerte que nunca con el ex-aullador de Montrose Sammy Hagar, llevándolos a conseguir cuatro álbumes número uno consecutivos.
Van Halen: The Eruption and the Aftershock cuenta la historia de cómo una de las mejores bandas de Estados Unidos resistió posiblemente la telenovela más dramática en la historia del rock and roll con canciones que influirían en cada músico que las escuchara, junto a un incendiario e inigualable show en directo. Con entrevistas exclusivas, fans y artistas que estuvieron allí para presenciar el auge, el tumulto y la creación de estas leyendas, es una historia que hay que leer para creer.
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