(Fabián Solari) En el marco de la gira «One night only» – penúltima presentación del tramo sudamericano ya que finaliza mañana en San Pablo – se presentó anoche Gene Loves Jezebel Michael Aston en The Roxy de Colegiales.
El grupo post-punk galés Gene Loves Jezebel nació a principios de los años 80 como una creación de los gemelos idénticos Michael y Jay Aston. La banda creadora de éxitos como “Desire” y “The motion of love”, ha mantenido su legado a través del tiempo. Desde la separación de los hermanos en 1997, el cantante Michael Aston ha seguido adelante y ha llevado alto el estandarte de Gene Loves Jezebel.
Una banda sumamente sólida acompañó a Michael Aston con sus habituales músicos estadounidenses de los cuales no se brindó información alguna. Más de dos horas después de la hora pautada, un Roxy cubierto en dos tercios de su capacidad, recibió los primeros acordes de una intro interminable del clásico «Heartache» a modo de espera para el ingreso de Michael Aston. Cuando Aston ingresó y se dio inicio al tema, todo cambió.
El setlist elegido fue el mismo que compartió en este tramo de la gira y no pudo haber sido mejor ya que tocaron los temas que se esperaba que toquen, los que el público de antaño presente quería escuchar.
Efusivo, comunicativo y sumamente carismático, Michael Aston supo llevar adelante la notable limitación que demuestar en la voz. El público argentino lo ama y se lo demuestra. Él lo sabe, juega con eso y lo disfruta. Le entregó el micrófono a un par de chicas que coreaban los temas para que cantaran con él, se bajó del escenario para cantar y bailar con el público e hizo subir a tres mujeres al escenario para bailar. Tal vez lo único cuestionable sería el hecho de haber forzado una situación que se tornó incómoda para una de las camareras invitándola bajo insistencia desmedida a subir al escenario y simular una situación para dar clima al tema «Suspicion».
«Downhill bothways» y «Cow» fueron temas interpretados ajustadamente entre trago y trago. A continuación el delirio se apoderó del recito con «Beyond doubt», uno de los clásicos esperados. Luego “Loving you is the best revenge”, «Bruises» y la mencionada «Suspicion» con una banda encendida demostrando no solamente sus dotes instrumentales sino también vocales en modo coro.
«Twenty killer hurts», otro de los temas fuertes generó ambiente de fiesta que tuvo su continuidad en el tramo final con «Gorgeous» y «Desire». Este último a diferencia de otras visitas, sonó más parecido al disco; tal vez la interpretación no solo de Aston sino también – y especialmente – de la banda lo hicieron posible. Pareciera ser que Michael Aston ha encontrado a buenos músicos que lo sostienen en sus constantes desbordes y divagues artísticos en vivo lo cual no es poco.
Los bises no tardaron más de 5 minutos en llegar y tal vez el punto flojo de todo el setlist haya sido escoger el tema «Stephen» para el cierre, no por ser un tema relleno sino porque bajó notablemente la intensidad. «Rivers edge», de producción en plan solista de Aston recuperó el clima para coronar la presentación con “The motion of love”. Una vez más los nostálgicos se han transportado por el túnel del tiempo a los años dorados de épocas new wave y dark para darle vida a su niño interior, seguramente lo han disfrutado mucho y han sido felices. Solo por ello, ha sido excelente.
Artísticamente debemos decir que Michael Aston es un gran artista por todo lo que le adosa a las cualidades vocales que supo tener. No puede descansar en lo que tan bien supo hacer y pensar que eso lo habilita a hacer lo que quiera y que todo le deba ser celebrado. El concierto de Gene Loves Jezebel fue muy bueno, solo empañado por actitudes de Michael Aston fuera de contexto en estos tiempos donde la mujer gana en respeto y posición social. A veces, la barrera del idioma genera desencuentros y situaciones incómodas. Al finalizar el show me quedé pensando si no había sido una apreciación personal mía pero varias personas lo comentaban tanto en la salida como en la calle. Nobleza obliga.
Párrafo aparte para los músicos que lo acompañaron, una gran banda con un bajista muy dinámico de sonrisa dibujada y muy buena onda, un baterista increíble que llevaba adelante los tiempos y fue la referencia a lo largo de toda la noche del vocalista cada vez que rompía el lineamiento de alguno de los temas y un guitarrista correcto, meticuloso a pesar de su seriedad y visible concentración; los tres músicos han sido muy buenos coristas.
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