Berlín, 1929. La capital alemana se sitúa como la gran metrópolis de la expresión y la libertad. La ciudad más moderna y viva de una Europa en plena efervescencia que, sin embargo, se tambalea al borde de un cambio inminente. En ese contexto, Gereon Rath, un comisario de Colonia, es trasladado a la Unidad Antivicio de Berlin para investigar una red de producción de cine pornográfico controlada por la mafia rusa. Poco a poco descubre que ese negocio no es más que una excusa de otros asuntos de mucha mayor gravedad con importantes ramificaciones políticas que le llevan a un callejón extremadamente peligroso donde se encuentra en juego incluso la seguridad de la nación. En sus investigaciones tiene la colaboración de Charlotte Ritter, una joven secretaria muy lista y ambiciosa que aspira a convertirse en una detective de policía así como de su compañero de fatigas, el veterano inspector Bruno Wolter…
La serie está basada en la saga de novelas protagonizadas por Gereon Rath escritas por Volker Kutscher, cuyo primer episodio, «Der Nasse Fisch» se ha publicado en español como «Sombras sobre Berlin». La European Film Academy creó una nueva categoría para los Premios de Cine Europeo, el galardón a la Mejor Serie de Ficción Europea. Para inaugurarla eligió «Babylon Berlín», la serie alemana más cara de la historia, que también recibió el premio Ondas en España, el Bambi en Alemania, entre muchos otros galardones alrededor del mundo.
Números que muchas veces son pura estrategia de promoción y no tienen nada que ver con la calidad de un producto, pero que esta vez parecen estar respaldados por el resultado final, al menos por lo que puede ojearse en los dos primeros capítulos. En total son 28, distribuidos en tres temporadas (con una cuarta a punto de empezar a grabarse), que fueron exportados a más de noventa países, algo infrecuente para la industria audiovisual alemana.
Este drama policial histórico que transcurre en el ocaso de la República de Weimar -el periodo que va de 1919 a 1933- está basado en los best sellers de Volker Kutscher protagonizados por el detective Gereon Rath: «Sombras sobre Berlín», «Muerte en Berlín» y «Un gángster en Berlín».
Cabaret: la palabra nos remite inmediatamente a la gran película de 1972, de Bob Fosse. Es que ahí, en la época en la que está ambientada, radica el mayor atractivo de «Babylon Berlin». Con un país sumido en la crisis económica posterior a la derrota en la Primera Guerra Mundial, en la capital alemana la decadencia general convive con el florecimiento de diversas expresiones artísticas; las convulsiones políticas y la represión policial y parapolicial, con el desenfado y el libertinaje de los clubes nocturnos.
Un camino de descomposición social que desembocará en el ascenso de Adolf Hitler al poder. “Es un trasfondo lleno de tensiones y contrastes, un ambiente brillante para contar historias emocionantes. Nuestros personajes no saben hacia dónde los llevará la travesía, están llenos de esperanza y buenas intenciones, esperando crear un mejor futuro. Nadie sabía lo que iba a pasar, la tragedia que se avecinaba”, dice Bruch – protagonista de la serie – en una mesa redonda virtual con medios latinoamericanos.

La coprotagonista lleva una doble vida: por las noches trabaja como copera, y eventualmente prostituta. Foto: Europa Europa.
Tom Tykwer integra el triunvirato de creadores y directores de la serie junto a Achim von Borries y Henk Handloegten. Conocido a nivel mundial por largometrajes como «Corre, Lola, corre» (1998), «El perfume» (2006) o «Cloud Atlas» (2012), jura que ninguna de las ficciones que filmó anteriormente le exigieron tanto esfuerzo.
“La escala de ‘Babylon Berlin’ es el mayor desafío para un director. No creo que alguna vez antes hubiera trabajado en una serie o película con tanta diversidad de personajes. Yo soy excesivamente sociable, y tengo que encontrar un equilibrio para mantener las intensas relaciones con mis amigos al tiempo que estoy con mi familia. Del mismo modo, busco no perderme entre los personajes, más allá de que el mayor peso lo carguen Gereon y Lotte”.
Que la ciudad es un personaje central de la serie es una frase hecha que en este caso se debe aplicar una vez más. En esa recreación de época, que incluye el vestuario y demás detalles, luce gran parte del millonario presupuesto. Alrededor del 70 por ciento de la serie se rodó en escenarios reales durante más de seis meses, algo que refuerza la sensación de autenticidad y disimula los efectos visuales generados digitalmente.
“La gran ramera está mejor que nunca”, tituló su reseña el diario Berliner Zeitung. “Queríamos que Berlín no fuera sólo un escenario, sino un organismo, una criatura viviente. Y entre los personajes, que todos tuvieran profundidad, carnadura como seres humanos. No hay ninguno que aparezca sólo para que el guion funcione y la trama avance, por eso la serie tiene ese nivel de intensidad”, se enorgullece Tykwer.
«Babylon Berlin» fue un éxito en lugares tan diversos como la India o África, sin pasar por alto la repercusión que tuvo en su paso por Netflix en los Estados Unidos, con críticas elogiosas en medios como The New York Times, Vogue o The New Yorker.
La explicación que encuentra Tykwer a ese éxito es la complejidad dramática: “Los alemanes la quieren ver porque es sobre su país, sus ancestros, y explica cómo nos convertimos en quienes somos. Pero es interesante para todos porque no cae en clichés: cada personaje tiene una segunda o tercera capa, energías contradictorias”.
“No importa en qué país suceda un drama de época”, agrega. “Como ‘Roma’, de Alfonso Cuarón, los dramas de época son interesantes cuando no se ocupan de introducirnos en ese mundo como extranjeros, sino que nos lo muestran desde adentro, desde una perspectiva subjetiva”.
“Acá tratamos de ver el mundo desde los ojos de Gereon, Lotte y algunos otros personajes, y estar cerca de su perspectiva. La curiosidad por otras culturas, sus estructuras sociales y su historia se enciende cuando se aborda de manera específica. Cuanto más amplio es el tratamiento, más aburrido resulta”.

Charlotte encuentra a Gereon Rath inconsciente en la calle / Una escena de Babylon Berlin
Bruch agrega que la serie nunca cae en el didactismo: “Nunca se intenta educar al público sobre las circunstancias en las que viven los personajes, todo es sobre cómo esas circunstancias los hacen moverse y comportarse de determinada manera. La serie no trata de enseñarte nada”.
Este actor de 40 años tiene un largo recorrido en su país y también participó de algunas producciones de Hollywood, como «El lector» (2008) o «La chica en la telaraña» (2018), de la trilogía «Millenium». Cuenta que antes del inicio del rodaje de la primera temporada, gran parte del equipo tuvo reuniones semanales con expertos en la República de Weimar.
“Nos juntábamos todos los jueves a la noche, cenábamos y mirábamos una película sobre la época, desde ‘Cabaret’ y ‘El huevo de la serpiente’ hasta clásicos alemanes de esos años, como ‘El vampiro negro’ o ‘Gente en domingo'».
Sigue Bruch: «Venían académicos que nos hablaban durante una hora sobre su área de conocimiento específico de la época: la vida sexual, las fiestas, la política, la policía. Eso también sirvió a que nos conociéramos bien con todo el equipo y se formara un ambiente de trabajo sólido”.
No hay que creer que «Babylon Berlin» es el summum de la originalidad. Esta historia tiene, al fin y al cabo, los ganchos convencionales de la mayoría de las superproducciones históricas: un cóctel de thriller, drama, conspiración y romance. Pero, como señala Tykwer, con un toque propio: “Mucha de la televisión que se hace actualmente es muy parecida, sin importar su procedencia. Nosotros tratamos de que nuestra serie tuviera una voz y un lenguaje especial”.
(Europa Europa – Clarín – Goethe)
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